En verano verás la perdiz morder el polvo y los grillos fatigarse yendo y viniendo.
Veras las hormigas prendidas en hileras de madrugada y
la cornamenta de la luna abierta en pedazos.
Porque no recordarás apenas nada:
El verano habrá sido un furtivo mar de cristales
un adosado plan de escapada de retorno pactado
o un cenáculo para los murciélagos y las mariposas nocturnas.
De tu afán de pedalear
de explorar
de reinventarte
otrora fuiste …
Pero los gestos son gestos y el tiempo de las palabras pardas llega
y se dan por caducas las esperanzas aplazadas
como las pilas cuando son arrojadas al río
y contaminan las placentas, los fetos y los lactantes.
En verano guárdate de los yermos.
Si viajas no permitas que los yermos revuelvan tu equipaje.
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