Me despierto… pero aún Él no ha llegado. Siento que estuvo cerca cuando yo marché. Veo señales escritas en las ventanas, muchos hablan de su Voz o de sus Palabras y aunque lo espero, temo que no habrá de llegar a tiempo.
Fuera todo discurre entre sueños. Aunque yo sueño con Dios, Él provoca con sus silencios y sus ausencias. La Fe mueve mundos, pero este Dios-cosmonauta se debe entretener en la diáfana atmósfera perlada. Mientras, los de abajo, no cejamos de asesinarnos.