-¿Cuántos años tiene Papá Noel? –Pedrito interrogó a su padre durante la cena, y mientras, con sus manitas, retorcía el mantel y revolvía la mesa.
Aquella pregunta era precisamente la más importante de todas. Puesto que si Papá Noel era tan viejo como el abuelo y el abuelo tenía hasta problemas para subir un par de escaleras, ¿cómo podría repartir tantos regalos en una sola noche? Necesariamente debería haber niños que se quedaran sin regalos en Navidad.
Aquella noche este pensamiento se adhirió a los sueños de Pedrito. Y cerrando los ojos vio las blancas y largas barbas de Papá Noel recubiertas por un fino manto de hielo y repartiendo sin parar regalos… aunque en aquella ocasión no a todos los niños del mundo… no había tiempo suficiente para todos… y es que habría niños que se quedarían sin ellos.
-Espera… –una brillante idea le vino a la mente de Pedrito- ¡son los gnomos!: Este Papá Noel tiene un montón de ellos. Porque entonces… no repartirá él mismo los regalos… ¡y ellos lo hacen en su nombre!… ¿pero tendría suficientes ayudantes para que ningún niño se quedara sin regalos?
Lo anterior, sumado al tema de la chimenea (ya que su familia no tenía en casa) le dio que pensar: los regalos no los entregaba Papá Noel en persona y en realidad eran aquellos eficientes ayudantes los encargados de hacérselos llegar año tras año. También pensó, que sí él leía apenas unas líneas y se cansaba en seguida, y el abuelo usaba gafas y tampoco es que fuera mucho más rápido que él, ¿cómo era que Papá Noel podía leer todas las cartas de los niños?… y ni su papá podría leer tantas en un par de semanas de Navidad… en fin, que nadie podría leerlas todas. No hay tiempo material en Navidad. Aquello era un lío y cada vez entendía menos.
-¿Cómo lee Papá Noel las cartas de los niños? ¿Y cómo reparte sus regalos? ¿Todos los niños reciben regalos?
La noche siguiente durante la cena hubo una oleada de preguntas. Aquello tendría una explicación y su papá debía saberlo. Entonces se hizo un silencio. Pedrito muy serio aseveró:
-Papá, he pensado que este año no quiero nada. Porque ya tengo muchos juguetes, los que vosotros me compráis cuando yo quiera, y ahora sé que hay muchos niños pobres que no pueden recibir regalos de sus papás porque estos no pueden comprárselos… y además tampoco Papá Noel puede, porque él no llega a todos estos lugares. Y no quiero que se pierda tiempo con mi carta ni que él ni sus ayudantes se entretengan más conmigo. Quiero que reciban esos niños sus regalos.
Y aquella Navidad, por la mañana, Pedrito encontró una carta junto al árbol, una carta manuscrita por el Alguacil Mayor de Papá Noel. Decía que cuando leyeron los gnomos la renuncia de Pedrito a sus regalos navideños y sus razones de niño, no pudieron sino hacérselo saber al mismísimo Papá Noel. Aquello era muy importante. El anciano dictó su respuesta (los gnomos parece ser que escriben rápido): le agradecía especialmente a Pedrito su hermoso gesto, sabía que era un niño que se merecía aquellos regalos porque se había esforzado muchísimo. Y le garantizaba que ahora otro niño, cuya familia era pobre pero donde el trineo raramente puede llegar, recibiría los regalos de Pedrito en su lugar. Para aquella ocasión él se encargaría personalmente. Era un gran gesto porque son niños que por no tener, casi no tienen ni para comer.
-¿No tienen ni para comer? –preguntó Pedrito visiblemente preocupado.
-Apenas ni eso –le confirmó el papá.
Pedrito dobló la carta con gran cuidado y la guardó en la mochila del cole. Y junto al árbol, encontró un paquete inesperado: El Papá Noel había considerado en el último instante dejarle un pequeño juego de construcciones pero le dejó escrito también que lo compartiera con sus amigos. Pedrito tampoco podía quedarse sin su regalo. Al menos uno. Y que construyera de esta forma sus sueños.
Al comenzar las clases del año nuevo todos los niños alborotaban y no paraban con la retahíla de regalos recibidos. Y cuando le tocó a él su turno, Pedrito orgulloso y con sumo cuidado desdobló la cuartilla y exhibió en aquella carta a todos su mayor trofeo: tenía la prueba irrefutable en aquella letra de gnomo, porque Pedrito sabía que Papá Noel había entregado personalmente aquella Navidad los regalos y precisamente a los niños que más los necesitaban. Ahora, sus preguntas habían sido respondidas y así todo recobraba su sentido.
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Todos juntos, gritemos ¡Feliz Navidad! #feliznavidad
Claro que Gandhi habría adorado al Niño. También Nelson Mandela, Martin Luther King, y tantos otros como fueron Tagore o Tolstoi, y habrían cantado con Lennon a coro “for black and for white, for the yellow and red one”. Pero este símbolo se reduce a barro si no damos un paso adelante: Navidad es compromiso. De lo contrario es bolsa de plástico o luces de teatrillo. Porque somos y seremos fieles al Niño y sus valores, valores que nacen y que transforman. La paz solo tiene un camino… de paz y sin ambages. Sin mayores palabras. El odio sale por la puerta cuando tiramos de ella… y la abrimos. Y es un camino que se ejecuta día a día y en cada uno de nuestras acciones. Todos juntos, gritemos, ¡Feliz Navidad!
El odio científicamente (a)probado solo genera más odio #hermanocontrahermano
Y fue que el sabio historiador elevó la voz, docta y hermosa a un par y tan doctamente replicó:
Los gitanos, los negros, los viejos, los maricas, los débiles, los otros… los que no son de mi tribu, los que son de fuera de la casa: Ellos nos han aplastado, nos han estrujado, nos han chuleado por siglos. Tengo datos que así lo demuestran. Han contaminado nuestra lengua, han pervertido nuestras costumbres, han proscrito nuestras tradiciones. Porque ésta es nuestra tierra, la tierra de nuestros ancestros, la tierra entregada en exclusiva a nuestros antepasados y no podemos permitir que nos exploten y que nos arranquen las riquezas que son para los que siempre han ocupado estos valles, o que se beban el agua de nuestros ríos o que recauden los impuestos de nuestras empresas.
La mezcla de sangre propicia la idiotez. Tengo datos científicos. Toma nota de mis apellidos: Soy cristiano viejo. En esto reside mi poder. ¿Por qué ser solidario con un extranjero? ¿Qué me importan sus hijos, sus mujeres? ¿Qué me impide verlo cómo un esclavo a mis intereses? Yo nunca pisé sus tierras y me importa un bledo que sea de ellas. Porque tengo datos que demuestran que me han odiado por siglos quiero devolverles así su odio, envolverlo en papel de plata y marchar los de mi tribu con la espada bien alta. Con ladrillos hacer una muralla para no ver su jeta y que se pudran detrás de ella. Los nuestros y los suyos somos agua-aceite. Los datos sobre la mesa corroboran mi hipótesis. Y es que la historia sirve para todo esto…
En la noche bravata o #delamordestronchado
Y me pregunto qué será del amor destronchado, del amor angustiado, del amor transalpino, del amor que descorchamos y que se perdió por completo en su fuel-oil, del amor que fue hálito y se curvó en desgana, que se enfrió y desapareció y era como aquel cowboy en la planicie y sin rumbo.
Quiero ser niño con un gran botón que diga reset. Un único clic para retornar al pasado, para desvivir, para que el amor se entre por la puerta y que sea como aquella respiración boca a boca que nos revuelva.
Quiero llegar a ti y preguntarte qué hora tienes. Porque hoy es tarde, pero mañana quién sabe si habremos visto el alba.
Y porque sin una sonrisa tuya… todo esto sobra o nada me pertenece.
Y porque soy ciego, soy miserable cuando tú faltas: soy la voz sola en la noche bravata.
Peregrino
Por fin en Santiago. Y sin aliento, frío y helado como solo lo saben estar los muertos, los muertos tras ser abandonados en el campo santo. Como lo son todas las noches de noviembre que se esconden por la niebla. Como lo es la luna agitada apagándose. Eran las piedras tronchadas por la lluvia, por la cornucopia de recuerdos que se hacinan: era yo de niño, admirando, y mi padre y mi madre con mis hermanos y la cámara de fotos que nunca pudo recuadrar la fachada de la catedral. Esa fue la primera vez. También era yo-peregrino, mareado por un viaje sin fin, arramblado, ungido por una cruz y protegido en los soportales del Obradoiro. Fue la tuna con la que cantamos allí mismo, borrachos, quizás cualquier otra tarde de otro verano. Fue el abrazar a quien amo en aquel lugar. Fue el enseñar a nuestro hijo que los penachos eran tan altos que llegarían al cielo sin tocarlo.
Dentro de aquellas piedras dicen que duermen los huesos del apóstol. Tengo dos compostelanas. Tengo bendición del caminante. Pero no son suficientes: por eso regreso.
El #trilingüismo no es malo. #Trilingüisme no és dolent. This #trilingualism is not bad.
Algo debe estar siendo entendido rematadamente mal en la noticia de que 80.000 personas protestan en Baleares contra el trilingüismo en la educación pública.
¿Protestar contra el trilingüismo? En sentido estricto esto no se entiende. Relegar del inglés o del castellano es castrar el futuro de nuestros hijos. Ambas son la segunda y la tercera lengua más habladas, un pasaporte seguro para comunicarse con aproximadamente 1.500 millones de habitantes. De tener acceso a otras muchas fuentes de información, de opinión y de crítica.
Lo público es bien común de todos. Es fuente de progreso. Más aún en unas islas que necesitan de esta “conexión” global, pues viven del turismo, y la lengua es herramienta de trabajo.
Quiero entender que la crítica es otra: al recorte, a la bajada de la calidad en la enseñanza pública, al despido de los interinos…Y sin embargo, es necesario se apliquen cambios urgentes cuando Baleares queda a la cola de España y de la OCDE en materias de lengua, matemáticas y ciencias.
Por desgracia la huelga de los docentes es una infortunada manipulación y un sinsentido, donde unos y otros arrojan sobre nuestros hijos sus intereses nacionalistas o nacionales, lo mismo da. Y mientras tanto, nadie se pone de acuerdo y nuestros niveles de lengua y matemáticas no hacen sino caer y caer y se nos ponen largas orejas y hocicos de borrico.
Cervantes, català
“Cada día me interesa menos sentenciar; a ser juez de las cosas, voy prefiriendo ser su amante”.
Saben aquel que diu que un tipo le dice a su amigo que cómo es posible que nadie sepa aún que El Quijote fue escrito en catalán. Su amigo le responde aparentemente contrariado que, joder, que por qué le pregunta eso, que él ya lo sabía porque así se lo enseñaron en la escuela y que es lógico, porque un día intentó leerlo en castellano y se llevó un gran susto al ver lo mal traducido que estaba. El primero sonríe sardónicamente y le apostilla que nadie ha prestado atención a las traducciones y que el pobre Cervantes fue víctima de la inquisición, la censura o algo por el estilo y que fíjate, al pobre, hasta le cambiaron el nombre, y que fue hecho a posta, que se llamaba en realidad Joan Miquel Servent. Su amigo para entonces está muy nervioso, siente con dolor la ruda afrenta de Alcalá de Henares, siente que la casa museo de Valladolid es un timo y que todo el mundo sabe que el “Coloquio de los perros” no se escribió jamás a orillas del Pisuerga. Es imposible que este lugar mesetario existiera aquella refinada cultura, y es un gran insulto, pues el galardón de las letras catalanas debiera ser llamado Cervantes.
Finalmente los dos amigos se abrazan y dibujan la singular sonrisa de la venganza: en todas las bibliotecas se leerá El Quijote en la lengua origen y se restituirá el legado perdido. Gracias a ellos todos los niños hoy sonríen con las aventuras de Quijano, singular caballero y el siempre-eterno Sancho Panza.
Gracias… por el desvarío, http://www.inh.cat/articles/Cervantes,-catala
Dieguitos y Mafaldas x 2 #cuandosecumplenlos40
Cuarenta (/10) corazones con freno y marcha atrás #cuandosecumplenlos40
Era Alibabá y sus 40 ladrones a los que todos embaucamos de pequeños, eran los 40 principales que escuchaba en la radio del coche de mi padre, los 40x10 golpes de Truffaut que desgarraron mi corazón adolescente, los 100(/2,5) montaditos que tanto me ha gustado compartir con mi gente, la línea 4(x10 ) del metro de París, camino de Cité y Notre Dame, estas pasadas navidades…
El planeta Venus dibuja su pentagrama en el cielo cada 8 años y retorna a su punto de partida cada 40. Hoy casi veré este mismo cielo y quizás retorne al paraíso tras penar por la tierra o reciba la precisa revelación junto a las 10 tablas, otrora redentoras del monte Sinai. No soy Moíses, ni tampoco Mahoma, a veces ni me reconozco al espejo por las mañanas pero pienso que la vida debiera tener su pequeño freno de emergencia…
Lo veo, lo presiono y salto a la fuga del vagón.
Ahí vamos.
Sobre todas las cosas que imagino… #cuandosecumplenlos40
Tengo suerte si me levanto e imagino en vos un tafetán bruñido de luces,
con su hilera apretada de dientes que descansan en la sonrisa
Y vuestra cadencia en la respiración
Quizás hasta un resbalón sutil que borbotea y pugna por ser dicha.
Tal vez sea éste un artilugio a la memoria
Llamémoslo así, o quizás de vos sea un lacerado presentimiento.
Sobre las cosas que imagino
Apalabro vuestro cuerpo y lo abrazo, como cuando eras chica
Y jugamos en aquella playa entre Cascais y Guincho.
Ahora que tenemos de frente nuestra historia
y sabemos que su camino da frutos
y que nos brinca y nos parlotea por las mañanas en su cama,
de él serán nuestros abrazos y nuestras frentes despejadas,
Y serán en 40 años que nos restan,
La pequeña sonrisa hecha grande
Y la voz crecida que ahora es niño
(pero mañana hombre),
Palmeral de fuerza
Robledal de sabiduría.