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El camino de la vida canalla nace cuando la vida dobla su esquina, y detrás de ella, de improviso, la muerte cimbrea sus cascabeles. Tengo un sabor de boca, estraño y desapacible. Todo es precario. Nada permanece.
Perdonad si mi estilo no es correcto. Si la calidad del poema tiembla. Son versos urgentes, que se rasgan por la madrugada. De la pesadilla misma. Como cuando el teléfono suena y trae malvadas noticias.
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Hubo tiempos para dividir mi cuerpo y la cabeza por nada.
Llamando a la puerta por sonreír con putas en cueros lanceolados.
También supe que llegaría el tiempo de la viuda negra:
El ritmo rasta de la vida canalla.
Y dije: viste, muchacho, lo que se cuece.
Cuando el dolor se alcance a reposar su vaso (entonces) / habremos llegado.
Cuando se pierda la sombra, y me desdoble en quebrantos,
los lloros de las adormideras (entonces) / habrán llegado.
Ahora tengo cuatro brazos,
y si las cuentas me salen
dormiremos al raso
nos aventan las desgracias
y nos crecen los enanos.
La vida canalla se presenta por si sola.
Nuestro cuerpo desnudo y fragmentado:
Sueño una maquinaria de preposiciones ciega.
Te daré mi abrazo, si la muerte llega.
>Genial Felix, me doy cuenta cada vez más que esto debería estar en una antología de poesía moderna, en la biblioteca, ¿o ya estamos en una biblioteca?
>¡¡¡ Tiene un ritmo fenomenal !!! De lo mejor que he visto en los blogs. Debería ponerle música Santiago Auserón.Un abrazo y felicidades desde Las Palmas.
>Tienes una gran facilidad para la poesía, Félix, da una envidia bastante sana, que conste. Me identifico cuando te excusas diciendo que la calidad del poema puede temblar, en esos casos los versos llegan en hermosas y dolientes oleadas.