Día 5. Volvemos a la jornada laboral en un sádico ritornelo, ya no en modo prueba, sino bajo el augur de que es lo único que tendremos por semanas y… que nos dure. No tenemos bajas aparentes en los equipos, nos preguntamos por cada una de nuestras familias y todos respondemos con cierta pausa y con la voz emocionada.
Por suerte la actividad se acelera. Hoy he conseguido mantener dos sesiones de Teams simultáneas… ¡os lo prometo! Eso sí, no me enteré de mucho en una de ellas. Creo que tengo dos opciones, o centrarme bien en una sola y abandonar estos experimentos…o tal vez dar rienda suelta y dedicarme a probar con la Tablet también ¡y dar el salto magistral a 3 conferencias a un mismo tiempo!¡y por qué no con el televisor del salón y usar el Chromecast!¡serían 4 a la vez! Todo sea por una sonrisa de mis compañeros que empiezan a verme por todos los lados.
He leído esta mañana este artículo en el Washington Post donde se nos explica las ventajas del aislamiento social para reducir la curva de contagios. Muy interesante… salvo que me encantaría saber en que momento del proceso nos encontramos. ¿Cuánto falta para el final?…¿Cómo?…”Pero si ni siquiera hemos comenzado” debería responderme… ¡Paciencia! Luego subo la cabeza y veo a mi hijo, que me sonríe con la tremenda ilusión de tener a su padre en la habitación contigua todo el día…Y quiere que le ayude en un ejercicio de análisis sintáctico… estos son los momentos maravillosos de la reclusión…
Y ahora viene el tema del proverbio chino de este día: ”Cuando tres marchan juntos tiene que haber uno que mande”. A esto se le llama mando único, control, organización. Es lo que necesita nuestra sociedad, unidad de acción y criterio. ¿Pero nuestros gobernantes estarán a la altura? Yo espero que para comenzar, igual que media sociedad ha subido a la nube… sean ellos capaces de usar estas tecnologías y de construir un gobierno virtual, uno que por robusto pueda salvaguardar así nuestros intereses ciudadanos con indiferencia de la ubicación física… y que gracias a lo liviano y a lo ágil puedan tomar las decisiones correctas. Necesitamos gobiernos del siglo XXI, gobiernos lean. No tenemos tiempo, hay muchas vidas en juego.
Y mañana más.