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Este fin de semana, la noticia de la ballena que marchó a morir al Támesis me hizo recordar un libro que desde hacía un par de años, huérfano de alacena, vagaba de un armario a otro, del comedor al dormitorio, buscando su precioso momento de lectura. En fin, el libro se titula : “Por qué se suicidan las ballenas” (Destino libro 68,ISBN 84-233-1011-6) y el autor es otro mito, del cual solo tengo excelsas recomendaciones, Ramón J. Sender.
Circunstancias de la vida, estos días fueron en toda regla días de proceso iniciatico: un largo viaje a Oviedo me ha dado pie a desaparecer entre sus páginas. A empaparme y soñar con ellas.
El asunto no es baladí. Ramón J. Sender enfoca su sentido trascendente de manera magistral, utilizando su agudísimo sentido crítico y acudiendo a las mejores fuentes: Tolstoi, Conrad, Ramón y Cajal… pero, ¿por qué se suicidan las ballenas? Sender bucea en las inteligencias humanas y las compara con las de otros seres, las ballenas, por ejemplo: su cerebro es diez veces mayor que el nuestro y sin embargo, han sabido librarse de ese afán destructivo y nihilista que rodea al espíritu humano. El libro comienza más o menos:
“La paz ha dejado de estar de moda. Los mozalbetes de un credo u otro asesinan como si se entrenaran para el más celebrado de los deportes a lo largo de los siglos. El que mata a diez es un enfermo mental a quien hay que encerrar. El que mata a diez mil un líder político, si mata a un millón un jefe de estado. El que logra matar a veinte millones es un héroe polarizador de las corrientes históricas.”
Lectura cómoda y reflexiva. No sesuda, sino de las que entran por el sentido común y por el corazón. Palabras de un sabio. best term paper reviews