Cuando escucho esto, algo se me retuerce en el corazón. Sé que tiempo es breve, la fuga de la vida misma. Es Bud Powell y su pieza llamada TEMPUS FUGIT, es Chick Corea que bulle y musica lo que pienso.
Ya lo dijo Pierre Sansot: «Pienso que vivir constituye, en lo que a mí respecta, una oportunidad que no me será concedida una segunda vez.»
Quiero enchufarme a esta música y brincar con ella. Que no suceda, como al final de mi relato REQUIEM POR LA CANCIÓN QUEBRADA, que el vivo tiene el cuerpo más bien frío, y que es un muerto que lo llevan al cementerio donde el corifeo declama allí mismo:
«La frialdad del corazón de los hombres rivaliza con la piel de los muertos. Larga vida a los condenados a ser escuchados por mutantes del espacio, a los montañeros entretenidos en las cumbres, a los torticeros de las multitudes, a los agónicos que dejaron de fumar a tiempo. A todos nosotros nos llegará el tiempo de las peras maduras, será entonces cuando habremos de sumar o restar la cuenta».
Quiero pensar que la música seguirá allí. Viva Bud.