Algo debe estar siendo entendido rematadamente mal en la noticia de que 80.000 personas protestan en Baleares contra el trilingüismo en la educación pública.
¿Protestar contra el trilingüismo? En sentido estricto esto no se entiende. Relegar del inglés o del castellano es castrar el futuro de nuestros hijos. Ambas son la segunda y la tercera lengua más habladas, un pasaporte seguro para comunicarse con aproximadamente 1.500 millones de habitantes. De tener acceso a otras muchas fuentes de información, de opinión y de crítica.
Lo público es bien común de todos. Es fuente de progreso. Más aún en unas islas que necesitan de esta “conexión” global, pues viven del turismo, y la lengua es herramienta de trabajo.
Quiero entender que la crítica es otra: al recorte, a la bajada de la calidad en la enseñanza pública, al despido de los interinos…Y sin embargo, es necesario se apliquen cambios urgentes cuando Baleares queda a la cola de España y de la OCDE en materias de lengua, matemáticas y ciencias.
Por desgracia la huelga de los docentes es una infortunada manipulación y un sinsentido, donde unos y otros arrojan sobre nuestros hijos sus intereses nacionalistas o nacionales, lo mismo da. Y mientras tanto, nadie se pone de acuerdo y nuestros niveles de lengua y matemáticas no hacen sino caer y caer y se nos ponen largas orejas y hocicos de borrico.