Ahora ya entiendo cuando asocié a Maná y su “muelle de San Blas” con las noticias que nos arrastran estos días. Las leo y describo algunos de los sueños de los diarios. Agárrense:
o Alessio Rastani habla por boca de los inversores. Él sueña con una recesión que le relama y le encumbre en oro.
o Los ricos, cada vez más, que sueñan con bandejas de billetes y… sin impuestos.
o Los políticos y banqueros que sueñan con sueldos opacos, con partidas ocultas y trajines que los beneficien
o La mafia que extorsiona a los profesores en Acapulco y que sueña poder requerir la mitad de su salario
¿Y qué pasa del resto? Por ejemplo, aquí tenemos a los catalanes que sueñan con hospitales y geriátricos al corriente de sus pagos. ¡Y es qué deben pedir mucho! Y ya ven, somos así, asistiendo al desguace del estado del bienestar: esperando bien solitos que la cosa vuelva a ser como siempre quisimos…¿quién nos llevará al manicomio, a todos nosotros, “los decentes”, los que no hicimos nada salvo ir a trabajar y estar al corriente de nuestras deudas?
Porque las fuerzas se confabulan y no se engañen, creo que sé quién será el pagano.
Aprieten sus collares.