Tengo la oportunidad de seguir golpeando la madera del porvenir
y que resuene
otro año más,
asida la espada,
descansando en el árbol desmochado
tras cada envite;
Tengo la pasión de descorrer este destino
dominarlo fuerte,
porque aquello que no brote de sus palabras
se lo comerán los muertos.
La luz viaja en sentido recto
la persigo y hago de los sueños una final encrucijada:
seré débil / parcial o diminuto
y muchas veces me sentirán torpe, harto vacío y confuso.
Pero yo soy así.
Hoy sé que no podrán explicarme
cómo sobrevivir al desastre,
si desnacer de las cenizas
si desaprenderme en otro distinto;
Es el tiempo que bruñe-oscurece
El tiempo mismo sobre el que avanzo decidido.
Leerán:
«Me arrojé a cruzar el río
bebí sus aguas ponzoñosas
y de los tropiezos
ahogué mi cuerpo y elevé el alma».
Tengo la oportunidad de lanzarme al abismo de la vida
con la espada que quiebre las tinieblas
aquella misma arrancada de las piedras
aquella de la que brote
un manantial intacto
de resurgimiento.