Claro que Gandhi habría adorado al Niño. También Nelson Mandela, Martin Luther King, y tantos otros como fueron Tagore o Tolstoi, y habrían cantado con Lennon a coro “for black and for white, for the yellow and red one”. Pero este símbolo se reduce a barro si no damos un paso adelante: Navidad es compromiso. De lo contrario es bolsa de plástico o luces de teatrillo. Porque somos y seremos fieles al Niño y sus valores, valores que nacen y que transforman. La paz solo tiene un camino… de paz y sin ambages. Sin mayores palabras. El odio sale por la puerta cuando tiramos de ella… y la abrimos. Y es un camino que se ejecuta día a día y en cada uno de nuestras acciones. Todos juntos, gritemos, ¡Feliz Navidad!